La clienta que asiste a un salón de peluquería, lo que busca es un profesional que haga un ejercicio de visagismo y que le sepa asesorar para encontrar lo que más le pueda favorecer a su imagen, a su color de piel, a su color de ojos y le recomiende el corte y el color de cabello más apropiado y por supuesto, que lo haga aplicando buenos productos que marquen la diferencia a simple vista con respecto a los productos que cualquier mujer puede comprar en el supermercado. Lo que ocurre es que muchas veces esta no es la realidad y este mágico y creativo oficio vuestro de estilista queda distorsionado y degradado.
En la cantidad suele haber de todo y en nuestro sector hay gran cantidad de peluquerías. Fijaos que no me he atrevido a decir salones.
Normalmente nadie se refiere a un automóvil por la definición de coche, cuando se trata de una marca de prestigio, por eso quiero diferenciar y llamar salón, a aquellos centros donde tratan de hacer muy bien las cosas y ofrecen un buen producto, y peluquería a aquellos locales donde priman más otras cosas, completamente equivocadas, que le hacen mucho daño a este sector y a las y los estilistas/coloristas de vocación, profesionales que le ponen a su trabajo la pasión que requiere un oficio tan sumamente artístico.
En una peluquería, tratan cuando ponen un tinte que sobretodo les cubra muy bien y por completo las canas y no se paran a observar nada más. Exactamente eso es lo que hacen los tintes del súper (¡¡PELIGRO!!) Se está fabricando tarde o temprano una nueva clienta del Supermercado.
El salón en cambio, da por supuesto que un color profesional, tiene que cubrir "solo faltaba a estas altura de la película ̈ pero lo que está claro es que el profesional de verdad, quiere ver calidad de cabello, un color fiel a la carta, un color vivo, vibrante, brillante y duradero, que deje claro a todas luces que el producto empleado lleva vitola de producto profesional de nivel.
Desde Galaxa Cosmetics, tenemos muy claro qué tipo de producto vendemos y a qué tipo de salones nos queremos dirigir. La venta la basamos en la información, en la formación y en dar cada día mejor servicio, ahora con nuestra web solo para nuestros clientes.
Hoy por hoy tenemos la gran fortuna de estar trabajando con grandes profesionales, personas que también tienen claro qué tipo de producto quieren comprar para ofrecer a sus clientas, que saben apreciarlo y que les lleva a conseguir unos resultados excelentes sin pensar solo en el precio que pagan por el. Es por esa razón por la que trabajamos juntos en una perfecta sinergia de dos empresas que saben perfectamente lo que buscan y cuáles son sus objetivos.
Huimos del mercado del precio, donde la peluquera no busca más que un producto barato, en ocasiones sin importarle si quiera el rendimiento del producto.
No logramos entender cómo es posible que ciertas peluquerías apuesten por estos productos de calidad limitada, y además quien los compra sea consciente de ello. Sí, productos que se venden en el canal profesional pero que se diferencian muy poco de lo que se vende en la gran superficie, al lado de los refrescos y los congelados.
En el salón, después del corte, el servicio más demandado son los servicios técnicos, fundamentalmente el color ¿Cómo es posible que siendo así hayan peluquerías que compren colores a precios, que sin ser muy listos indican que aparte de agua, no sé qué más pueden llevar dentro del bote? La clienta final puede que no le de importancia al champú que utilicen en la peluquería (que la tiene y mucha) pero desde luego sí se la da (y toda) al color que le ponen.
Llevamos varias crisis encadenadas, casi una por década y el público final no es tonto. La sociedad en su conjunto desafortunadamente parece que se dirija hacia atrás en cuanto a poder adquisitivo y lógicamente todo lo miramos mucho más. El confinamiento a hecho que se disparen las ventas de tinte en el supermercado. Muchas mujeres que asisten regularmente a hacerse el color a la peluquerías (estudios dicen que es un 20% de la población femenina en España) por las circunstancias recientemente vividas han sido algunas de las que se han teñido en casa con un tinte del súper.
La cuestión es muy sencilla, cuando estás clientas no ven una gran diferencia entre el color que le pone su peluquera al que se a puesto del súper ¿Qué creéis que hará?
El público final, cuando tiene que hacer un esfuerzo económico, en este caso para ir a la peluquería lo que necesita ver es una gran diferencia en la salud de su cabello, con respecto a lo que consiguen con los productos que se venden en la gran superficie, es justamente eso lo que justifica el dinero invertido.
Es su imagen la que está en juego y este aspecto para muchas personas es fundamental. (Sugiero leer ¿son las peluquerías un sector esencial?) Está claro que la peluquería que no tiene este concepto claro, solo puede aspirar a subsistir y más tarde al cierre. Son peluquerías que creen erróneamente que tienen presente y se equivocan profundamente por qué lo qué no tienen es futuro. Ninguna peluquería por barata que sea podrá competir nunca con el pereció del supermercado.
El problema es que mientras están, ni viven ni dejan vivir.
Damos la enhorabuena buena y animamos a todos aquellos salones de peluquería a que sigan mimando la salud del cabello de sus clientas, utilizando productos de calidad y reivindicándose como lo que sois grandes profesionales, grandes estilistas y coloristas.
Ese es vuestro flotador para cuando vienen tempestades como la que vivimos hoy con la Covid 19, donde vemos mucha gente que se ahoga.
Son en los tiempos de crisis como este, dónde se les cae la máscara a los intrusos y a los impostores que ni comen ni dejan comer. Estas crisis aunque no nos gusten a nadie, son una purga de dónde solo aguantan los que hacen bien las cosas y son profesionales.
